Queridos hermanos,
todavía me acompaña el color y la luz de Malta en la vuelta al trabajo y la normalidad de cada día con nuestro Nazaret universal compartido la semana pasada. Ese Nazaret que aprendimos desde el Evangelio y desde el mensaje universal del hermano Carlos: nos identifica con el trabajo por el Reino allí donde estamos, con la edad que tenemos, con las fuerzas de que disponemos, en las cosas pequeñas e insignificantes y en la respuesta a las llamadas que cada día recibimos de Dios y de las personas.
Mil gracias por haberme acogido y escuchado, por hacerme un sitio entre vosotros. Gracias especialmente a Joseph FSADNI por su gran esfuerzo en la coordinación de todo, por hacer posible este retiro y este encuentro de verdadera fraternidad, por llevarme y traerme
arriba y abajo y por preocuparse por cada hermano. Gracias a Charlò CAMILLERI, ocarm., por darnos mañana y tarde de manera sencilla su experiencia de estudio de la espiritualidad de Carlos de FOUCAULD y de Teresa de Lisieux, en ese espíritu misionero que identifica a ambos con un mensaje universal.
Nunca es tarde para empezar; nunca vamos a perder el tiempo si dejamos que Dios sea nuestro tiempo: en lo pequeño, en el trabajo humilde, en el servicio a la gente que necesita de nuestro apoyo,
nuestra escucha y nuestra mano para ayudar a escribir sus vidas, con alegría y esperanza. El tiempo es un regalo de Dios que nosotros administramos. Dar ese tiempo a los demás es una buena inversión. La experiencia de fraternidad que tenéis es un aval de ese tiempo bien empleado. Eso es un valor que no luce, que no proporciona currículo o posición social y eclesial relevante. Pensamos a veces en un futuro que ni sabemos cómo va a ser; nuestro presente es lo que cuenta, tanto para nosotros como para Dios. ¿Cuál es el futuro de nuestra fraternidad, si ya somos mayores? En las manos de Dios está.
Recibí en mi visita al seminario una muestra importante de esperanza. Jimmy es amigo de la fraternidad, es un buen rector. Su testimonio entre los seminaristas y su trabajo entre ellos merece toda mi atención. Es bueno madurar la idea surgida de organizar una Semana de Nazaret con los seminaristas que se interesen por el carisma de Carlos de FOUCAULD, que quieran conocer más de cerca la espiritualidad que nos une y el camino desde el Evangelio como las familias de FOUCAULD tratamos de vivir. Muchos seminaristas llegan al seminario marcados por una línea pastoral y espiritual concreta; no se trata ni de
romper etiquetas ni crear otras nuevas. Se trata de ofrecer desde nuestra pobreza que un presbítero diocesano necesita de una espiritualidad que le identifique con la misión de Jesús. Y una forma de vida que le haga ser amigo de compañeros y abra su corazón en la revisión de vida. Una espiritualidad del desierto y una espiritualidad que hace de la adoración un momento de gracia y de amistad con Jesús. Una espiritualidad que ayude al trabajo en equipo, a realizar en común las tareas pastorales, que comprometa con el mundo y la vida de los más pobres, como pobres, no como desertores de clase social.
Estos y otros desafíos son los que podemos percibir desde lo que somos y hacemos, desde nuestra historia personal y desde las llamadas en el corazón de la fraternidad.
Gracias a todos por ser así.
El abrazo de vuestro pequeño hermano
Aurelio, hermano responsable
Perín, Cartagena, Murcia, España, 15 octubre 2014,
Teresa de Jesús, amiga del alma de Jesús
PDF: Carta de Aurelio a la fraternidad de Malta, octubre 2014, español


Me uno a todos en este tiempo de Asamblea para reflexionar, orar y renovar el servicio a la fraternidad en la persona del responsable nacional. Gracias, Mark, que en estos seis años has ayudado a mantener la llama viva de la fraternidad con el consejo, y desde noviembre de 2012 formas parte del equipo internacional, elegido por mí. Seguiremos trabajando en equipo para servir en la medida de nuestras fuerzas y posibilidades; nos queda aún más de cuatro años, y ya sabes que esto no admite jubilación.
También me uno con mis condolencias a la fraternidad norteamericana por la muerte de Mons. Desmond DILLON, hermano querido para vosotros y que es seguro que estará en los brazos del Padre y platicando con el hermano Carlos acerca de lo humano y divino. Que estos hermanos mayores que nos van dejando sean semilla y tierra buena para la Iglesia y para la fraternidad. Es una gran riqueza humana para nuestras fraternidades los hermanos de edad avanzada; su experiencia de vida, de espiritualidad y de entrega son de un valor incalculable. De ellos debemos aprender la humildad y la sabiduría de una raza de pastores.
buenos resultados. Es cierto que en la fraternidad no tenemos que buscar hacer bonitas reflexiones o trabajos perfectos. Nadie nos va a evaluar: nosotros nos evaluamos a nosotros mismos en la preparación de la revisión de vida y en el desarrollo de la misma en el encuentro fraternal. Por eso es mucho más importante aún el tiempo de adoración, de poner ante Jesús con humildad, paz y realismo cómo somos, qué queremos, qué esperamos, cómo confiamos en Jesús, cómo nos ponemos en las manos del Padre haciendo de la Oración de Abandono una actitud que dura todo el día: cuando trabajamos, cuando tratamos con las personas, cuando celebramos la eucaristía. En el hermano Carlos de FOUCAULD tenemos esa actitud durante años, en sus sueños y realidades.
necesitan nuestro acompañamiento, nuestro tiempo y atención. También cada uno de nosotros necesita todo eso. Nuestro camino espiritual está ligado al momento que como seres humanos vivimos. Soñar la fraternidad es ir más allá de una espiritualidad que nos ayuda a vivir el evangelio, a hacer oración, a ser cada día creyentes en Jesús y creyentes en una humanidad que en algunos países se desangra, se destruye a sí misma, y son siempre los pobres quienes sufren las consecuencias. Por eso la fraternidad no es un grupo espiritual, sino una pequeña comunidad de hermanos que se preocupan los unos por los otros y sienten el dolor y la alegría de la humanidad como los sentía Jesús, sin quedarse con los brazos cruzadas esperando que sean otros quienes solucionen los problemas.
Un gran abrazo y mi apoyo en la oración.