Familia espiritual Carlos de FOUCAULD en el mundo. Breve historia

Una familia numerosa
Asociación internacional

Los orígenes

A la muerte de Carlos de Foucauld en Tamanrasset, el 1º de diciembre de 1016, hay 49 inscritos, -uno de ellos el mismo Carlos- en la lista de miembros de la Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, en lo que trabajó para ponerla en marcha en los últimos años de su vida, y para la que escribió el Directorio. «Y todo quedó destruido a su muerte», escribe el P. Laurain, secretario de la Unión, y todos piensan que el grupo se va a extinguir apenas iniciado.Todos excepto uno, Luis Massignon, un islamólogo que alcanzará fama mundial. Conoció a Carlos de Foucauld por primera vez en 1909, y se mantuvo correspondencia con él hasta su muerte. Hace todo lo que puede para mantener con vida la Unión tan querida por su “hermano mayor”. Y lanza la Asociación Carlos de Foucauld, para la que obtiene la autorización del cardenal Amette. Y, sobre todo, “requisa”, según sus propias palabras, al novelista René Bazin para que escriba una biografía del hno. carlos Este libro, aparecido en 1921 con el título de Charles de Foucauld, explorateur au Maroc, ermite au Sahara, es el primero en trazar el retrato y en presentar lo esencial del mensaje de P. de Foucauld. De esta biografía es de donde van a surgir y grupos congregaciones. Todos encontrarán apoyo y consejos en la Asociación y en Massignon.Massignon se irá distanciando poco a poco de la Asociación, pero seguirá animando hasta su muerte un grupo de hombres y mujeres, laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes, que se inspiran en la espiritualidad del Directorio. En 1947 le da al grupo el nombre de Sodalidad del Directorio. Este grupo de los orígenes se llama hoy Unión-Sodalidad y cuenta con miembros en todos los continentes.

Los primeros grupos

Cuando aparece el libro de René Bazin, son los laicos los primeros que escuchan la llamada que el hno. Carlos había hecho varias veces: «Harían falta cristianos como Priscila y Aquila, que hiciesen el bien en silencio».

Ya en 1923 Suzanne Garde empieza a pensar en una presencia en el norte de África: «La evangelización la harían las mujeres. Comenzando por un dispensario, un taller, con todo lo que pudiera hacernos amables para los árabes». El Grupo Charles de Foucauld comienza así en Argelia, primero en Tlemcen y luego en El-Bayad, ya partir de 1945 en Dalida, cerca de la frontera con Túnez. Llegada la guerra de independencia se repliega a Francia, y en 1968 se establece en Bon Encontre, cerca de Agen.Por los mismos años nacía en Túnez el grupo de Infirmières de Notre Dame de Cartaghe (Enfermeras de Ntra. Sra. de Cartago), bajo el impulso del obispo de Cartago y Túnez. El mismo obispo había dado en 1924 “el hábito de Carlos de Foucauld” a Charles Henrion ya Émile Malcor. Los últimos miembros del grupo de enfermeras tendrán que replegarse a Francia en 1961 (con el P. Henrion), y se consolidarán en Villecroze, en el Var. Actualmente vive una hermana, en una residencia de ancianos, pero el grupo como tal no existe ya.Siempre en el mismo período, en 1927 el P. Albert Peyriguère se establece en Marruecos (primero había intentado vivir en Argelia con un compañero, siguiendo la Regla escrita por Carlos de Foucauld en 1899). Allí se quedará en el Atlas Medio marroquí, hasta su muerte en 1959; el P. Michel Lafon seguirá esta presencia de “monje-misionero”, según la expresión de C. de Foucauld que el P. Peyriguère había hecho suyo.Algunos años más tarde aparecen las primeras comunidades religiosas. En agosto de 1933, en torno a la Hna. Marie-Charles nació la fraternidad de Hermanitas del Sagrado Corazón, cerca de Montpellier. Un mes más tarde, Rene Voillaume y otros cuatro hermanostoman el hábito de los Hermanitos de Jesús, y fundan su primera fraternidad en Argelia. En 1939, en Argel, pronuncian sus votos como Hermanitas de Jesús la Hta. Magdeleine y una compañera, y se fortaleció en Touggourt, entre los nómadas. Con distintos matices los tres grupos quieren ser comunidades contemplativas y misioneras. Los Hermanitos de Jesús y las Hermanitas del Sagrado Corazón vivirán primero de una forma más bien “monástica”; Los años que siguieron a la segunda guerra mundial, para los primeros, y el Concilio Vaticano II, para las segundas, traerán un cambio de estilo de vida y la constitución de pequeñas fraternidades en ambientes populares, como ya vivían las Hermanitas de Jesús. La palabra clave es “Nazaret” como forma de vida religiosa: para buscar el rostro de Dios, seguir el camino que Jesús siguió, el de compartir la vida ordinaria en el día a día. Se fundamentó fraternidades en los cuatro vientos del planeta, en ambientes desfavorecidos o degradados.Hay que mencionar también, aunque el grupo ya no existe, a la Union des Nazaréennes de Charles de Foucauld (Unión de Nazarenas de C. de Foucauld), fundada en 1947 por Magdalena de Vimont, en Burdeos. Quedó impactada por la lectura del Directorio y por el contacto con los enfermos mentales, a los que se dedicó primero el grupo.

Publicación de “En el corazón de las masas”, y nuevas iniciativas

En 1950 el P. Voillaume publica En el corazón de las masas. Este libro presenta el modo de vivir de los Hermanitos de Jesús y su manera de seguir al P. de Foucauld y de entender su mensaje. Y porque parece que es necesario explicar lo que en ese momento aparece como novedad, insiste sobre la vocación de todo cristiano a una vida de amistad con Dios y sobre los caminos a tomar para una vida “contemplativa” en el corazón del mundo. La influencia de este libro será considerable y se convertirá en muchas lenguas; a través de él conocerán muchos a C. de Foucauld y su espiritualidad. El P. Voillaume ayudará con sus consejos a los grupos que aparecen en este período.

También en 1950 Mons. de Provenchères, obispo de Aix-en-Provence, reconoce oficialmente la Fraternidad Secular Charles de Foucauld (llamada al principio “Fraternidad Charles de Foucauld”). Pero de hecho, muchos años antes en varias ciudades de Francia grupos de cristianos (hombres y mujeres, solteros y casados, laicos y sacerdotes) habían adquirido la costumbre de reunirse con regularidad para ayudarse a seguir a Jesús ya vivir el Evangelio con el espíritu de C. de Foucauld. La Fraternidad Secular está hoy muy viva en todos los continentes, y cada año nacen grupos nuevos. Es el grupo más numeroso de la “Familia”. En el seno de este grupo, algunos sacerdotes se acostumbraron a reunirse aparte con el deseo de dar a su vida y su ministerio presbiteral el estilo evangélico de C. de Foucauld. Así nació en 1951 la Unión sacerdotal, que en 1976 tomará el nombre de Fraternidad Sacerdotal Iesus Caritas. Hoy está presente en todos los continentes. Por los mismos años, algunos jóvenes cristianos sintieron la llamada a una vida contemplativa vivida en celibato, vinculados con votos, conservando sus compromisos socio-profesionales y sin adoptar la forma de una vida religiosa en comunidad. Así nació en 1952, en torno a Margarita Poncet la Fraternidad Iesus Caritas, que será reconocida oficialmente como Instituto Secular femenino. De este grupo nacerá en 1991 la Fraternidad Charles de Foucauld, asociación de mujeres laicas comprometidas con el celibato.A partir de la experiencia de los Hermanitos de Jesús, el P. Voillaume piensa en unas comunidades que podrían encargarse de extender la Buena Nueva entre las poblaciones más desfavorecidas y preocupaciones de su promoción humana. Y funda en 1956 los Hermanitos del Evangelio, y luego, en 1963, las Hermanitas del Evangelio.

La reunión de Beni-Abbés de 1955 y la Asociación

Ante este florecimiento de grupos vinculados al P. de Foucauld, se ve la necesidad de una «reunión que concreta la unidad fraternal dentro del respeto a las distintas vocaciones, en la fidelidad común al mensaje dejado por el Hno. Carlos» (hermanita Magdalena). Por otra parte, en el contexto de la descolonización algunos grupos, sobre todo en Francia, tratan de hacer de Carlos de Foucauld el defensor de la “civilización cristiana” contra la marcha hacia la independencia de los pueblos del Magreb. Surge también el deseo de crear una Asociación representante que pueda responder y explicar que el mensaje del “hermano universal” no se debe deformar para utilizarlo con fines contrarios a sus intenciones.Así pues, se organiza una reunión en Beni-Abbés, del 14 al 16 de noviembre de 1955. En torno a Mons. Mercier, obispo del Sahara, anfitrión del encuentro, y de Luis Massignon, participante Mons. de Provenchères, obispo de Aix-en-Provence, amigo y protector de los distintos grupos desde el principio,Mons. Duperray, obispo de Montpellier, el P. Peyriguère y representantes –muchos de ellos, fundadores- de los distintos grupos existentes en el momento. La oración y el intercambio marcan este encuentro-peregrinación. Allí se decide la creación de la Asociación Charles de Jesús –Père de Foucauld. Su objetivo: «expresar la unidad de la espiritualidad que anima a los distintos grupos que quieren ser seguidores del pensamiento religioso y la espiritualidad del Hermano Carlos; dar a conocer la figura y los escritos de su fundador; defender, llegado el caso, su memoria y el sentido de su mensaje contra las deformaciones a las que están expuestos». Se decide también que el boletín Iesus Caritas será el lazo de unión entre todos los grupos, expresando su espiritualidad común.La asociación se llama hoy Asociación Familia Espiritual Carlos de Foucauld (“Association Famille Spirituelle Charles de Foucauld”). Normalmente, está abierta a recibir nuevos miembros. No es una característica esencial, pero resulta interesante destacar que todos estos nuevos grupos han nacido fuera de Francia, primero en Europa, y luego en otros continentes.

La «familia» sigue creciendo

El 15 de agosto de 1966 es la fecha del nacimiento oficial de las Hermanitas de Nazaret, en Gante (Bélgica). Se trata de un grupo de jóvenes, comprometidos con el mundo obrero en la JOC, que quieren inspirarse al mismo tiempo en el mensaje de C. de Foucauld y en el del Cardenal Cardijn: encontrar una forma de vida religiosa marcada por el compartir la vida de los medios populares, y anunciar, con su modo de vivir y actuar, a toda persona con la que se encuentran, que «su vida vale más que todo el oro del mundo».

También al principio de los años 60, en Cataluña (España), Pedro Vilaplana queda impresionado por la lectura del Itinerario espiritual de Carlos de Foucauld (de J.-F. Six) y por las cartas de P. Peyriguère. En torno a él se forma una comunidad de jóvenes que se consagran al Señor en el matrimonio –cada hogar constituye una fraternidad- o en una vida de celibato vivida en pequeñas fraternidades. Los primeros compromisos se hacen en 1968, constituyendo la Comunitat de Jesús.En 1969, en la diócesis de Foligno (Italia), el obispo reconoce una pequeña comunidad surgida en su diócesis, la Comunità dei Piccoli Fratelli di Jesús Caritas, fundada por Giancarlo Sibilia. Se trata de sacerdotes que desean vivir en comunidad monástica con una fuerte vida fraternal, ejerciendo su ministerio pastoral para las diócesis.A miles de kilómetros de allí, en Haití, nacieron los Hermanitos y Hermanitas de la Encarnación (los primeros en 1976; las segundas en 1985), en torno a Francklin Armand y Emmanuelle Victor. En ese país, marcado por la pobreza y toda suerte de dificultades, quieren hacerse «campesinos con los campesinos a causa de Jesús y de su Evangelio», y trabajar en la promoción y evangelización del mundo rural.En la diócesis de Bangui, en la República Centroafricana, arranca en 1977 una comunidad religiosa femenina, las Hermanitas del Corazón de Jesús, En un país de los más pobres del planeta, sacudido por los disturbios políticos durante años, una presencia fraternal, entregada a la oración, acogedora para toda persona, poniéndose al servicio de la gente, constituye un espacio de paz muy bien venido.En 1980 se constituye en Canadá una comunidad monástica, los Hermanitos de la Cruz, fundada por el P. Michel Verret (hno. Michel Marie de la Croix). Siguiendo a C. de Foucauld, quieren vivir en el marco del monasterio una vida fraterna “familiar”, abierta a la acogida y al acompañamiento de toda persona que se presente.El último grupo recibido en la familia es un grupo fundado en Vietnam a principio de los años 80, con miras a convertirse en instituto secular. El nombre vietnamita cuyas iniciales son AEPS, significa Hermanos y Hermanas para el servicio. El grupo tiene una rama masculina y otra femenina, así como una rama de asociados.¡Ahí está la gran familia de un hombre que murió solitario! ¡Y la familia de los y las que se encuentran en Carlos de Foucauld un inspirador para su vida no se termina con la lista de miembros de la Asociación! Existen otros grupos, que frecuentemente se integran en la “Familia” en el plano local. Hay grupos que desaparecieron, otros que se están formando. Y muchas personas que no forman parte de ninguna organización, adoptan en C. de Foucauld a alguien animado por un soplo de Evangelio y de humanidad, que les llega a ellos también y los ponen en marcha.En cuanto a la Asociación, actualmente se reúne en Asamblea cada dos años. Es una ocasión para que los responsables de los distintos grupos se encuentren y se comuniquen. Entre asambleas, hay un equipo elegido por la Asamblea, que se encarga de la coordinación. Durante muchos años, mientras vivían en este mundo, Mons. de Provenchères, el P. Voillaume o la Hta. Magdeleine marcó duramente estas reuniones y la vida de la Asociación. Actualmente se encuentran con los responsables, que se suceden según las normas, mantienen estos con regularidad; tratan de ahondar juntos en el mensaje del hno. Carlos y de descubrir la riqueza y la variedad de las respuestas que presenta cada grupo. ¡Saben que son distintos, pero animados por un espíritu común, como el arco iris, que necesita todos los colores para alcanzar su esplendor.

PDF: Familia espiritual Carlos de FOUCAULD en el mundo. Breve historia

Carta de Pascua 2022. Eric LOZADA

CARTA DE PASCUA A LOS HERMANOS DEL MUNDO

“DE LAS TUMBAS ABIERTAS A LOS NUEVOS CAMINOS DE ESPERANZA”

“Me hiciste pasar por muchas angustias, pero de nuevo me darás la vida,
Me harás subir de lo profundo de la tierra” (Sal 71, 20)

“¡Despierten y griten de alegría los que yacen en el polvo!
Porque tu rocío es un rocío de luz, y la tierra dará vida a las sombras” (Is. 26,19)

“Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarán,
Unos para la vida eterna y otros para la ignominia, para el horror eterno” (Dan 12,2).

Como dice el Cardenal Luis Antonio Tagle en uno de sus libros, “somos gente de Pascua”. La realidad de la Pascua nos recuerda que, en medio de la violencia, hay en el mundo de hoy una realidad mucho más grande de paz. Esto no es una especie de fórmula mágica sino una conciencia que se expande y se profundiza y que brota de las profundidades de la tierra desbordándose en cada realidad de nuestro mundo.

La forma de aproximarse hacia esta realidad pascual es ver la humanidad y el mundo a través del lente de Dios, quien resucitó a Jesús de entre los muertos. En Dios, el universo entero está naciendo con la alegría de una vida nueva en Cristo Resucitado, a pesar de todo aquello que trata de sabotear esta vida.

Nosotros caminamos como gente de esperanza, maduros hijos de la luz aun cuando la muerte y la oscuridad parecen ser lo predominante en la realidad de hoy. Continuamos siendo embajadores de esperanza en medio de las realidades de la guerra y de la violencia en Ucrania, Myanmar, Haití y Afganistán, en medio de la pobreza y de la desigualdad en los países de África y Asia, en medio de la destrucción ecológica que pone una pesada carga en los sectores más pobres de la población, en medio de la crisis económica, de las revueltas políticas en que las personas tratan de eliminarse unas a otras, en medio de la pandemia que gravemente afecta a los vulnerables y a los pobres a lo largo del globo. La lista continúa.

La esperanza de vida nueva en Cristo Resucitado es un antídoto contra las actitudes que prevalecen frente a la oscura realidad de hoy, como por ejemplo negar o escapar a la realidad; o estar demasiado enredado en nuestra oscura realidad que llegamos a ser prisioneros de una triste y absoluta impotencia; o hacer todo lo posible para sobrevivir, pensando solo en nuestro bien personal sin mirar el bien común y el cuidado de nuestra Casa Común.

La esperanza no es volarse sino caminar a través del oscuro túnel de la realidad con un salto de confianza en el Dador de Vida y Luz, el Dios que está siempre más adelante y más allá. La esperanza es una entrega amorosa a la verdad de que la muerte no es la última palabra de todo, aun cuando el mal parezca tener la superioridad. El desafío de la esperanza hoy día es construir fraternidades de esperanza, gente que camina junta, que se miran unos a otros de manera positiva, que se escuchan unos a otros con respeto y que disciernen donde la humanidad se ha convertido en parte del problema en vez de ser parte de la solución de las enfermedades de nuestro mundo. Como gente de esperanza, caminamos juntos con nuestros hermanos y hermanas hacia el sueño que Dios tiene para nuestro mundo en Cristo Resucitado. Los esfuerzos individuales no bastan. Nuestro mundo hoy está gimiendo por un nuevo orden mundial compartido por todos, enraizado en el mansaje pascual de la esperanza.

Pero primero es lo primero. Ante todo, reconozcamos juntos donde están las tumbas que Dios en Cristo Resucitado, está dispuesto a abrir con nosotros y a través de nosotros. Guerras abiertas, pobreza, destrucción del medio ambiente, migraciones, división mundial, son síntomas de mala voluntad enterrados en las tumbas de los corazones humanos. Codicia, indiferencia, violencia, resentimiento, odio son disposiciones humanas basadas en la falta de respeto, la desconfianza, la distorsión de los valores, la ceguera ante la bondad del otro y del mundo. Estas disposiciones se convierten en actitudes mentales que fomentan estructuras de violencia, injusticia, abuso de poder que nublan la mente e insensibilizan el corazón de los individuos que están dentro del sistema. Colectivamente, se convierten en una cultura donde la no-verdad se convierte en verdad y la oscuridad se convierte en luz de una manera muy distorsionada. La esperanza tiene su raíz en la firme convicción que solo Dios en Cristo Resucitado puede abrir nuestras tumbas y transformar nuestra mala voluntad en buena voluntad. Dejados a nosotros mismos, somos demasiado ciegos, heridos, quebrados e indefensos.

De esta manera, esperamos juntos como hermanos y hermanas de camino. Partiendo por nuestras fraternidades locales, fieles a nuestras prácticas espirituales de revisión de vida, día de desierto, adoración, reunión de fraternidad, regalamos esperanza a nuestro mundo. Nosotros dialogamos y discernimos juntos a dónde el Espíritu nos está conduciendo, personalmente, comunitariamente, globalmente. Ninguno permanece solo. Cada escucha personal es una escucha global. Pero la acción es principalmente la de Dios en Cristo Resucitado. Lo nuestro es escuchar en profundidad y cooperar con la acción salvadora y reparadora de Dios en nuestro hermoso mundo.

La acción de esperanza se enraíza en el regalo de la pasión de Jesús (de la palabra latina passio, que significa no-actividad). Jesús salva el mundo primariamente desde su pasividad en la cruz más que desde su actividad de sanación y predicación. Cuando nosotros nos sentimos golpeados, mal comprendidos, humillados, sin control, maltratados en nuestro ofrecimiento de amor y bondad a los otros, estamos sufriendo nuestra pasión como amantes de la humanidad. Aquí y solo aquí, somos invitados a colocar la pregunta moral: ¿cómo responderemos al mal? ¿Qué tipo de vida estamos dispuestos a dar a nuestro mundo? ¿la que no perdona o la que perdona? ¿enojada o serena? ¿resentida o amorosa? Solamente cuando Jesús libremente ofrece su perdón a la humanidad que rechaza su ofrecimiento de amor, el Padre le da una vida nueva.

Somos invitados a ser mensajeros de esta vida nueva a nuestro mundo herido, violento y fragmentado. Nosotros mantenemos al mismo tiempo nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestra indiferencia y nuestro cuidado, nuestros miedos y nuestra disponibilidad para ser enviados. Que nuestro hermano universal, San Carlos de Foucauld, continúe inspirándonos y acompañándonos en nuestro deseo de gritar el Evangelio con nuestras vidas. Que este reconocimiento de su santidad sea un impulso para nuestra Iglesia que se está imaginando a sí misma como hermana de todos, misionera hacia las periferias y profeta del diálogo y del cuidado de nuestra Casa Común.

Eric Lozada
Responsable Internacional

(Original: Inglés; Traducción al español: Fernando Tapia)
Pascua 2022

PDF: 22-04-17, CARTA DE PASCUA 2022, esp., Eric Lozada

Noticias y Comunicaciones, 317

A JESÚS RESUCITADO NO LE VIERON EN FRENTE SINO DENTRO DE ELLOS

Lo que los textos pascuales quieren expresar con la palabra resurrección es la clave de todo el mensaje cristiano. Pero es algo mucho más profundo que la reanimación de un cadáver. Sin esa Vida que va más allá de la vida, nada de lo que dice el evangelio tendría sentido. El relato fue la manera trasmitir la vivencia pascual después de la experiencia de su pasión y muerte. Lo que quieren comunicar a los demás es la experiencia pascual de que seguía vivo y, además, les estaba comunicando a ellos esa misma Vida. Éste es el mensaje de Pascua.

Como todos los años leemos este mismo evangelio y lo explicamos el año pasado. Vamos a referirnos hoy al aspecto general de la experiencia pascual. Los exégetas han rastreado los primeros escritos del NT y han llegado a la conclusión de que la cristología pascual no fue ni la primera ni la única forma de expresar la experiencia de Jesús vivo que tuvieron los discípulos después de su muerte. Hay por lo menos tres cristologías que se dieron entre los primeros cristianos, antes o al mismo tiempo de hablar de la resurrec­ción de Jesús.

En las primeras comunidades, se habló de Jesús como el juez escatoló­gico que vendría al fin de los tiempos a juzgar, a salvar definitiva­mente. Fijándose en la predicación por parte de Jesús de la inminente venida del Reino de Dios y apoyados en el AT, pasaron por alto otros aspectos de la figura de Jesús y se fijaron en él como el Mesías que viene a salvar definitivamente a su pueblo. Predicaron a Jesús, el Cristo (Ungido), como dador de salvación (Vida) última y definitiva sin hacer referencia explicita al hecho de la resurrección.

(Leer el documento completo en PDF: BNC 317)

Retiro de Pascua 2022 de la fraternidad de España. Ángel IGUALADA

Galapagar, Madrid, 20, 21 y 22 abril 2022
Ángel IGUALADA, fraternidad de Madrid

UNA LLAMADA AL AMOR

Siempre pensé que Jesús nos llama a amar, ya seamos pequeños o mayores y, ahora, con motivo de la guerra, que es lo más opuesto al mensaje y ser de Jesús, nos sigue invitando a amarnos como Él nos ha amado, puede ser una segunda llamada a seguirle, la llamada que le hizo Jesús a Pedro, cuando ya llevaba tiempo con él y algo se conocían. ¿Me amas? ¿me amas más que estos? Le pregunta Jesús, después de que Pedro le había negado. Pedro iba a ser el responsable de apacentar a los cristianos, pero, sin amor, Jesús, el buen pastor, no le podía dejar ese encargo de ser pastor, de colaborar con él, en apacentar su rebaño, de buscar el bien y la salvación de la gente. Pedro le había fallado ¿quién no falla? pero le amaba, también estaba dispuesto a dar la vida por Él, le había acompañado en los momentos importantes de su misión, cuando ayudaba a la gente, cuando sanaba, cuando predicaba el amor a los enemigos, cuando dijo que todos somos hermanos y debemos amar hasta a nuestros enemigos. Nadie ama si no se siente amado. Jesús nos invita a amar, esa es la esa es la señal del cristiano, pero no por obligación sino porque eso nos hace felices, porque el amor es una luz que no se puede esconder, sino que hay que compartirlo con los hermanos, los hijos amados de Dios que sufren, que están solos, enfermos, o tienen hambre. Esa es la clave de la salvación, de la verdadera felicidad como lo fue para el hermano Carlos: sentirse amados y devolver a Dios ese amor que nos tiene y nos muestra en los que nos rodean, amando a los pobres, a los abandonados, a los hambrientos, a los esclavos, a los enfermos, a los ancianos, pero antes está el sentirse amado, perdonado, acogido, abrazado, cuidado. En unos ejercicios de verano recuerdo que hicimos el ejercicio de recordar el amor que había nuestra vida, me gustó mucho. Dios ha derramado su amor en nuestros corazones, en nuestras vidas y, sería bueno, hacerlo consciente agradecérselo. Dicen que en el agradecer, en el ser conscientes de todo lo que hacen por nosotros, está la felicidad. Os invito a hacer este ejercicio de recordar todo ese amor que nos ha dado Dios en la vida y agradecérselo. Nos amaron aún antes de nacer, cuando fuimos proyectados, pensados, deseados, cuando prepararon nuestro nacimiento y sufrieron por tenernos los dolores de parto, nos limpiaron, nos vistieron, nos dieron de comer y mucho cariño, nos enseñaron a dar los primeros pasos, a hablar, fue un amor hecho trabajo, alegría, cariño, tiempo, ternura, buen ejemplo, enseñanzas. Se tuvieron que esforzar, tener paciencia y pasar dificultades. Yo tengo un gran recuerdo de mis abuelos cuando rezaban en casa y me llevaban a la iglesia con ellos, cuando íbamos los veranos y nos acogían con alegría y amor. Lo mismo de mis maestros que también rezaban y me dieron mucho cariño, de mis padres, totalmente entregados a nosotros, sus hijos, todo por sus hijos. Sin caprichos, pero con mucho cariño, en especial, en los momentos duros de la vida. Tengo gratos recuerdos de los amigos, vecinos, familiares, en ese amor estaba Dios porque Dios es amor. Recordémoslo y hagámoslo presente, como lo hicieron los santos, incluido el hermano Carlos, que agradecía a Dios el amor de su madre, de su abuelo, de su familia y amigos. Eso es lo que nos sostiene, lo que nos forma y motiva, esa es la experiencia de Dios, que nos salva especialmente en los pobres y necesitados, sacándonos de nuestro egoísmo, dándonos luces y fuerzas cuando hay que tomar decisiones en los momentos difíciles y duros, sin ese amor que es el pan de vida, el pan nuestro de cada día, que pedimos al Señor, no podemos amar ni ser felices. Hagámoslo presente una vez más, agradezcámoslo con cariño, pues ese es el fundamento de nuestra entrega. Jesús nos llama a amar como Él nos ha amado, esa es la señal del cristiano, esa es la manera de experimentar a Dios pues quien no ama no conoce a Dios. Ojalá se siga haciendo carne su amor en nosotros como se ha hecho en personas concretas. Esos actos de amor son los signos, los milagros que nos ayudarán a creer y renovar nuestra entrega, como ayudaron a los discípulos.

(Lee el documento completo en PDF: Retiro de Pascua 2022, Fraternidad de España. Ángel IGUALADA)

Horeb-Ekumene, abril 2022

Sumario

  • Editorial – J. Álvaro Ricas Peces – Pág. 3
  • Testimonio – Cheick Amadou Diarrá – Pág. 4
  • El hermano Carlos habla… Seducido por el islam – José Luis Vázquez Borau – Pág. 16
  • Orar… – J. Álvaro Ricas Peces – Pág.19
  • Espiritualidad evangélica. Espiritualidad centrada en jesús – Julia Crespo Benito – Pág. 7
  • Ecumenismo y Diálogo interreligioso – Germán Calderón calderón y Pablo César Ghilini – Pág. 11
  • Poema – Julia Crespo Benito – Pág.21
  • Oraciones – Pág.22

Ver contenido en PDF: HOREB Ekumene ABRIL 2022