carta do irmão responsável

CARTA DEL HERMANO RESPONSABLE, NOVIEMBRE 2012
Querida fraternidad,
los hermanos en la Asamblea de París me han elegido hermano
responsable por seis años, y quiero ponerme a vuestro servicio con amor fraternal y buena voluntad por hacer el bien a todos, ayudado por el Equipo Internacional formado por Emmanuel ASI, de Pakistán, Jean François BERJONNEAU, de Francia –que será el “Asistente General”-, Mark MERTES, de Estados Unidos –responsable de la economía-, Félix RAJAONARIVELO, de Madagascar, y Mauricio da SILVA, de Brasil, escogidos de los cuatro continentes donde la fraternidad está presente, y a quienes agradezco de corazón haber aceptado navegar en este barco y dar a la fraternidad lo mejor de nosotros.
Gracias, también, a nuestro equipo anterior: Abraham, -responsable internacional-, Eddy, José y Richart. Gracias por vuestro trabajo y dedicación.
Me presento: nacido en Murcia (España), sacerdote de la diócesis de Cartagena – Murcia, y trabajo en una parroquia rural cerca de Cartagena, que se llama Perín. Hace pocos días he cumplido 57 años y llevo 28 años de ministerio. En la fraternidad, 30 años. Mi fe, mi vida y mi vocación, así como mis prioridades sociales, han crecido en el seno de la fraternidad, animado por mis hermanos, corregido, acompañado y querido por ellos. La fraternidad es el lugar donde crece lo que mis padres sembraron en mí. El carisma del hermano Carlos me marcó desde el principio de mi juventud y desde Nazaret he soñado, reído, llorado y gozado. Nazaret me ha dado el tiempo y el reloj, la mochila y las sandalias, el pan y la mesa, y desde Nazaret voy aprendiendo a escuchar, a estar junto a la gente. Trabajo en dos proyectos humanitarios en Cartagena, en ese mundo de la drogodependencia y el sida, y en Bam (Burkina Faso), lugares y personas que son mi vida, donde pongo mi corazón.
Mi deseo al empezar esta nueva tarea es, junto al Equipo Internacional, estar cerca de las fraternidades y crear una comunicación frecuente y fluida entre todos, no para dar lecciones, sino para acompañar y escuchar. Las asambleas continentales son una realidad en Asia y Europa, y vamos a trabajar

para hacerlas posible en América y en África. Son desafíos que durante la Asamblea de París han ido apareciendo y que nos motivan para esforzarnos a animar a las fraternidades africanas y americanas a vivir el Evangelio y ser Iglesia desde sus realidades, a crecer como fraternidades jóvenes. Queremos que sepan que no están solos.
Las intuiciones del hermano Carlos han generado un estilo de familia que da cabida a quien busca a Jesús no sólo en los signos sacramentales, sino también en los seres humanos, especialmente los favoritos de Jesús. Tenemos que ser la custodia visible de Jesús en nuestras sociedades, que reconozcan a Jesús no por lo que decimos de él, sino por cómo lo vivimos, expresión del hermano Carlos, desde la adoración de su Bienamado. Esta familia son nuestras fraternidades, tanto la nuestra como todas las ramas nacidas entorno al carisma. Cada vez más somos invitados a estar en esa gran familia, donde encontramos a hermanos y hermanas que oran, adoran, contemplan, revisan su vida, trabajan juntos, viven el desierto, acogen la Palabra, y luchan por los derechos de los últimos, en formas a veces muy comprometidas, jugándose la vida. Nazaret es también estar con aquellos que pierden sus derechos por mil motivos, en tantas partes del mundo, y nosotros no debemos olvidar por quiénes luchó Jesús y “programó” su Reino. Recordemos en el Eclesiástico: “El pan del pobre es su vida. El que le quita el pan es un asesino” (Eclo 34,21)
Tenemos los medios que nos ofrece nuestro Directorio para vivir la fraternidad: la adoración, el día de desierto mensual, el encuentro de fraternidad, la revisión de vida, la contemplación de la Palabra, la contemplación en lo cotidiano y habitual, el Mes de Nazaret, cultivar la amistad y ser pobres con los pobres. Crezcamos como hombres creyentes en este Dios cercano que nos anuncia el Adviento ya en la puerta.
Que el hermano Carlos, en su aniversario el próximo 1 de diciembre nos bendiga.
Un fraternal abrazo.
Perín, 27 de noviembre de 2012
Aurelio SANZ BAEZA

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